En otro post hablaba de los cambios buenos y malos que esta villa ha sufrido a lo largo de los años. Pues uno de los buenos es que ya no hay piratas... de los de antes, claro. Sí, a nuestra costa llegaban piratas— supongo que en las zonas de mar abierto era así. Me pregunto de donde habrían salido? La cosa se complicó tanto que los Agustinos que ocupaban el antiguo convento del siglo XVI decidieron que se habían cansado de luchar, de recuperar las cosechas que con tanto mimo habían plantado y se marcharon a la vecina ciudad de A Coruña. Ahora que ya no hay piratas que puedan arrasar con nuestros cultivos y con nuestras casas ya no es un riesgo vivir tan cerca del mar, tan cerca como los monjes de aquel entonces!
Claro que esta historia de piratas es la que contaban mis bisabuelos a mi padre y sus hermanas, aunque la historia que he leído es bastante diferente.
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