Se vende un terreno urbanizable, situado en un paisaje costero de incomparable belleza.

No encontrará otra oportunidad como esta para para contemplar la belleza de la costa gallega desde su propio hogar.

domingo, 20 de febrero de 2011

Las algas: el abono ecológico


Hoy en día ya no es muy común, pero mi familia, como muchos otros habitantes de Caión todavía recogían este recurso marino para abonar las tierras de la familia. Mi padre se metía en el mar para arrastrarlas hacia tierra y mis tías las amontonaban en la arena. Decían que este abono natural era lo que hacía que las patatas y también las famosas cebollas dulces de nuestra villa fuesen tan ricas! Ahora, esta práctica tradicional se está estudiando como alternativa ecológica a otros tipos de abono:
Cuando entraban las algas o "golfe", como le llaman en Caión, cada uno recogía y amontonaba cierta cantidad en una zona de la playa de salseiras llamada auga redondo o en la "ribeira" (cerca del puerto). El montón se marcaba con los troncos de algas, como por ejemplo las correolas, para evitar que otro se las llevase; luego se recogía en sábanas de arpillera fabricadas a mano. Se ataban las cuatro puntas de la sábana en triángulo, haciendo unos nudos con las puntas de fuera. Se enganchaban estas dos puntas de fuera a la cabeza para evitar que la sábana se cayese y para controlar y equilibrar mejor el peso. Se cargaban a la espalda hasta las leiras, donde se empleaba como abono. Sin tractores, sin máquinas, sin nada de ayuda mecánica, este trabajo tan duro lo hacían mujeres y hombres del pueblo desde tiempos ancestrales.
Desde el solar en venta hay unas estupendas vistas hacia "auga redondo", donde todavía se acumulan esas algas. Por cierto, mi padre me enseñó que cuando esas algas se empezaban a secar, los lugareños iban hasta allí y las pisaban porque se consideraba muy bueno para los huesos ya que rezuman yodo. Yo lo he hecho, he caminado sobre esos montones de algas que hoy en día ya nadie recoge. No es que el olor sea muy agradable, pero se resiste y, si es tan bueno como se decía, pues vale la pena aguantar el "aroma".

domingo, 6 de febrero de 2011

Piratas de los de antes



En otro post hablaba de los cambios buenos y malos que esta villa ha sufrido a lo largo de los años. Pues uno de los buenos es que ya no hay piratas... de los de antes, claro. Sí, a nuestra costa llegaban piratas supongo que en las zonas de mar abierto era así. Me pregunto de donde habrían salido? La cosa se complicó tanto que los Agustinos que ocupaban el antiguo convento del siglo XVI decidieron que se habían cansado de luchar, de recuperar las cosechas que con tanto mimo habían plantado y se marcharon a la vecina ciudad de A Coruña.
Ahora que ya no hay piratas que puedan arrasar con nuestros cultivos y con nuestras casas ya no es un riesgo vivir tan cerca del mar, tan cerca como los monjes de aquel entonces!
Claro que esta historia de piratas es la que contaban mis bisabuelos a mi padre y sus hermanas, aunque la historia que he leído es bastante diferente.